Isla de Taboga
La isla de Taboga o simplemente Taboga, es
una isla que
se encuentra en el golfo de Panamá, a unos 20 km de la ciudad
de Panamá. Forma parte del distrito de igual nombre, junto con las
cercanas islas de Taboguilla, Otoque,
Urabá, Melones, Chamá y Estivá. Se conoce con el calificativo popular de Isla
de las Flores, por su exuberante vegetación tropical, florecida casi todo
el año.
Historia
Taboga tiene una historia muy colorida por el paso de muchas culturas
por sus tierras, influencias de españoles, franceses, británicos y
estadounidenses.
En 1510 ―apenas 18 años después de la llegada de Cristóbal Colón al
continente americano― los españoles se establecieron en Santa María
la Antigua de Darién. De allí salió la expedición de Vasco Núñez de Balboa que arribaron
al océano Pacífico ―que ellos llamaron Mar del Sur―, por esa misma población
pasaron personalidades como Pedro Arias de Ávila, Pascual de Andagoya, Francisco
Pizarro, Diego de
Almagro, Gaspar de Espinosa y el canónigo Hernando de
Luque.
En 1515, el cacique París derrotó al español Gonzalo de Badajoz en Parita.
Badajoz, en su huida, se embarcó en Chame ―frente a la
isla de Otoque―
y desembarcó en la isla de Taboga, donde se refugió.
Después de la llegada de los españoles al nuevo océano y al archipiélago
de las Perlas, el poblamiento de la isla de Taboga fue una consecuencia lógica
ya que estaba a corta distancia de la costa. En 1519, Pedro Arias de Ávila llegó a Taboga
buscando fundar una población a orillas del mar. Sin embargo terminó fundando
lo que se conoce hoy como Panamá la Vieja (que sería asaltada e
incendiada por el pirata Henry Morgan en
1671).
La isla fue bautizada originalmente con el nombre de San Pedro; su
nombre actual deriva de la palabra indígena aboga, que significa
‘abundantes peces’. El pequeño pueblo de Taboga fue fundado en 1524 por Hernando de
Luque. La Iglesia de San Pedro, alrededor de la cual se desarrolló
el poblado original, es considerada como la segunda más vieja de este
hemisferio.
En 1524, el sacerdote español Hernando de
Luque llegó a la isla y fundó un villorrio a las orillas del
mar, al que llamó San Pedro de Taboga (San Pedro es
el santo patrono de la isla). Con ayuda de los colonos creó la iglesia de
Taboga ―que se supone que es la segunda iglesia más antigua de todo el
continente―. Ese mismo año, las expediciones de Francisco
Pizarro y de Diego de
Almagro partieron de la isla, y el padre Hernando de
Luque ―siendo vicario de la catedral de Panamá― les sirvió de
ayuda. En la pequeña capilla que fue la antecesora de la iglesia actual, ambos
militares tomaron la hostia. Almagro zarpó de Taboga como adelantado de Chile,
y Pizarro zarpó a la conquista del Perú. Hernando de Luque se dedicó a la
capilla y a la agricultura.
Una tradición señala que en la isla de Taboga nació Isabel Flores de Oliva (1586-1617),
que sería conocida como Santa Rosa de Lima, la primera santa del hemisferio
americano.1 Su
padre, Gaspar Flores, era un arcabucero proveniente de
Cáceres (España). En 1545, Gaspar Flores partió de España, en 1546 estuvo en
Taboga ―vivió en la aldea La Puntilla― y en 1547 llegó a Lima como soldado del
«pacificador» Pedro de la Gasca. En 1577 se casó con la criolla limeña María
Oliva Herrera. En 1586 la familia Flores Oliva se encontraba con sus tres hijos
en la aldea La Puntilla ―en la isla de Taboga― cuando nació Isabel (el 30 de
abril de 1586), su cuarta hija. Una semana después partieron de la isla y
regresaron a su hogar en Lima, donde Isabel fue bautizada el 25 de mayo de
1586. En 1671 el papa Clemente X la canonizó con el seudónimo «Santa Rosa
de Lima». En Panamá se la conoce como «Santa Rosa de Lima, la Tabogana».
Se tiene conocimiento de que pasaron una noche en la isla los religiosos Bartolomé de las Casas y Tomás de Berlanga.
Los siglos siguientes la isla fue muy visitada buscando oro, perlas y
otras riquezas del mar que se habían descubierto y Taboga fue escenario de todo
este tránsito.
En 1671, Henry Morgan ―después de destruir la
ciudad de Panamá― envió soldados a la isla con la orden de «saquear y quemar
todo».
En 1685, William Dampier fondeó su barco en las
costas de la isla.
En 1686, el pirata Hawkins se instaló en la isla. Otros piratas también
utilizaron la isla para abastecerse.
El hecho de que Taboga fuera el punto de partida y regreso de todas esas
expediciones se debe a que está orientada hacia el sur, lo que la hacía
propicia para la entrada a Panamá.
En Taboga y en la vecina isla Taboguilla existía también la cosecha de
perlas. Desde el siglo XVIII hubo una gran actividad económica con ese valioso
bien.
En el año 1819 el buque de guerra chileno Rosa de los Andes atacó
a la población de Taboga, incendiando el pueblo y demoliendo la iglesia fundada
por el padre Luque.
En 1870, los oficiales de la fragata Pichincha trataron
de secuestrar a un grupo de mujeres taboganas que habían sido invitadas a una
fiesta a bordo.
En el año 1847 se estableció una estación naval de una empresa
estadounidense, y se instalaron también compañías británicas (The Pacific
Steamship Navigation Co.) y australianas de vapores. Se dice que en esa época
el oro circulaba por las manos de todos en la isla como jamás se había visto en
esos sitios.
En los años 1849 y 1850 Taboga era el puerto de Panamá. En el Morro
existía un astillero de 100 metros de largo donde se reparaban barcos. El
complejo contaba con depósito, muelle, oficinas, talleres, viviendas, un
hospital y un cementerio. Todavía hay vestigios de muchas de esas
edificaciones. Gracias a esto, en 1870 la isla contaba con una población de
1568 habitantes.
Ese mismo 1870, unos marinos británicos protagonizaron una trifulca en
el pueblo y dieron muerte al alcalde Manuel A. Fuentes.
La época de más riqueza para la isla giró en torno a la fiebre de oro en
California ―en el siglo XIX― ya que la isla era paso obligatorio.
En 1887, Taboga fue visitada por el pintor francés post-impresionista, Paul Gauguin,
que buscaba donde pintar lejos del bullicio de París. Coincidió su visita con
la construcción del canal francés ―donde trabajó―. Las cosas no fueron como
esperaba: permaneció tres meses en la isla sin tocar un pincel. Desde Panamá,
Gauguin se fue a la isla caribeña de Martinica para
posteriormente radicarse en la isla de Tahití.
En 1896, la isla contaba con 3130 habitantes gracias a que se
habían edificado almacenes para abastecer barcos, tiendas de ropa, talleres de
carpintería, panaderías, billares, locales para fiestas, pensiones, tiendas
mayoristas, un pequeño mercado y tres médicos.
En 1920, el Gobierno estadounidense ―que ya estaba ocupando la Zona del
Canal de Panamá― pretendió ocupar la isla de Taboga. Las fuerzas
estadounidenses fueron rechazadas por el presidente Ernesto T. Lefevre.
En 1857, el Gobierno estadounidense exigió la entrega de la isla de
Taboga como indemnización por los supuestos perjuicios causados por el Incidente de la Tajada de Sandía (15 de abril de 1856), en que un ciudadano
estadounidense alcoholizado no quiso pagar por una tajada de sandía y generó un
levantamiento de los pobladores de la ciudad de Panamá.
Durante el siglo XVII, la isla fue frecuentada por piratas que
la utilizaron para abastecerse. El pirata Henry Morgan envió
tropas a la isla en 1671 con orden de saquearla, sin embargo, se cree que se
dedicaron a tomarse todo el vino del lugar, sin causar más estragos, ni daño a
sus habitantes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la siempre
tranquila Taboga albergó una base militar estadounidense, que representó un
gran impulso económico, por el número de soldados estacionados allí, base de la
convension de howard
Economía
Aún cuando se practican la pesca y otras actividades económicas, el
principal rubro de la economía de la isla es el turismo. Debido a su belleza y
su cercanía con la capital panameña, Taboga se ha convertido en una popular
atracción turística. Se puede llegar a ella en transbordadores que
parten desde un muelle ubicado en la Calzada de
Amador y tardan cerca de 45 minutos en llegar a la isla.
En el poblado, que todavía conserva su aspecto original, pueden
encontrarse cafeterías, bares, restaurantes y hoteles. Se han construido
también aquí algunos exclusivos condominios residenciales.
Sitios de interés
Uno de los sitios más populares es la playa de La Restinga, ubicada
cerca del muelle del poblado. En esta playa, cuando la marea es baja, una barra
de arena separa la isla de otra pequeña, conocida como El Morro de Taboga.
Cerca de esta última playa, en las faldas de El Morro, pueden observarse aún
los vestigios de un antiguo astillero. Más allá del poblado, se alza una
elevación conocida como Cerro de la Cruz, por una monumental cruz que se halla
en su cima. Desde este punto se puede disfrutar de excelentes vistas hacia el
pueblo y hacia la vecina isla de Urabá. Además, se encuentra aquí la Cueva de
San Pedro, las ruinas del Convento de Españoles, ruinas colombinas y la
casa de Framcisco Pizarro, conquistador del Perú.
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